¿Respeto mi cuerpo?

Como mujeres siempre nos han dicho que debemos respetar nuestros cuerpos y a nosotras mismas, en especial cuando se refiere a nuestra sexualidad. Últimamente me pregunto porqué sentir placer y disfrutar nuestros cuerpos es una forma de faltarnos el respeto. Querer sentir placer (y más si es con personas distintas y no una pareja estable) sigue siendo complejo y es difícil no sentirnos juzgadas de vivir experiencias sexuales con diversas personas. Personalmente siento una lucha constante con un fantasma imaginario, que siempre me juzga por vivir y querer experimentar libremente el goce erótico. Este fantasma, claro, no es solo imaginario; es el patriarcado y machismo que me hace sentir culpable por ser una mujer que vive su sexualidad libremente, soy yo misma juzgándome por tener creencias tan arraigadas que es difícil dejar ir. 

Estoy un poco harta de esta idea de que, si compartimos nuestra sexualidad con distintas personas, es porque estamos en un mal momento emocional, buscamos atención masculina o tratamos de llenar un vacío. No digo que eso no suceda, pero también podemos llevar una sexualidad consciente, amorosa y placentera sin necesidad de 'dejar de respetar nuestros cuerpos' ni a nosotras mismas. Es posible vivir una sexualidad abierta y responsable con une misme y con otres, basada en disfrutar el erotismo sin culpa y con conexión. Creo que es interesante empezar a ver el sexo como una forma de conectar contigo misme y con otres, de aprender más sobre ti y conocerte en profundidad. Para mí, vivir mi sexualidad libremente me ha dado una visión más amplia de quién soy.

A pesar de que esto ya se ha dicho en tantas ocasiones, siento la necesidad de repetirlo una y mil veces. Creo que es importante leerlo y tenerlo en cuenta constantemente; a mí me sirve, me empodera y me hace sentir tranquila con las decisiones que tomo y con quién soy. Es fundamental respetar siempre la manera en que elegimos vivir nuestra sexualidad. Tal vez decidamos compartirnos con una sola persona, o quizás con dos, tres o más. Lo importante es hacerlo desde el respeto, evitando juicios y valorando cada forma en que decidimos experimentar nuestra sexualidad.